Por varios motivos. El primero es que en caso de fallo de los sistemas eléctricos del vehículo no sería posible conectar ningún dispositivo a sus tomas de alimentación.
Teniendo en cuenta que el 40% de las averías afectan a los sistemas eléctricos de los vehículos, era necesario desarrollar un sistema totalmente independiente de los mismos, de manera que la baliza estuviese siempre disponible. Debemos recordar que ante un fallo eléctrico del vehículo, los warning tampoco funcionarían, por lo que el disponer de un sistema de señalización autónomo se convierte en algo indispensable.
Por otro lado, necesitamos garantizar el funcionamiento del equipo en las condiciones más seguras para el usuario. Las baterías recargables requieren de un mantenimiento constante al sufrir auto-descarga, teniendo que preocuparse el usuario de conocer el tipo de batería, y en función de ello, recargarlas cada pocos días o semanas. Esto implica una carga de responsabilidad y un esfuerzo de permanente atención y conocimientos por parte del usuario para un dispositivo de seguridad de uso muy esporádico, que quizás se use una sola vez en varios años o incluso ninguna.
La vida útil media de una batería recargable, en el caso de las de Iones de Litio, es de unos 3 años, almacenándose al 40% de su carga, no siendo recomendable el almacenamiento por encima de ese valor, lo cual es incompatible con el fin de un dispositivo de emergencia que debe estar siempre listo para su uso con la mayor capacidad posible.
Las baterías en general tienen un elevado coste de venta, son difíciles de encontrar, y no siempre será posible su sustitución, como es el caso de las de Iones de Litio que solo deben manipularse por un servicio técnico especializado, por lo que la obsolescencia del dispositivo se produciría en muy poco tiempo. Por el contrario, una pila alcalina se puede adquirir en una tienda común, pudiendo ser sustituida por el propio usuario en pocos segundos, y el aparato no adolecerá nunca de obsolescencia.
Las baterías recargables son más sensibles a las temperaturas que las alcalinas. En el caso de las de Iones de Litio, no deben almacenarse ni recargarse por encima de los 60ºC, no solo porque suponga una reducción de su vida útil, sino por riesgo de explosión durante el proceso de carga.
Además, las pilas recargables pierden su capacidad de almacenamiento de la energía en pocos días, tienen una menor autonomía, y Help Flash es esencialmente un equipo de señalización de uso accidental, por lo que siempre debe estar disponible con la mayor capacidad posible. Por todo esto no recomendamos su uso en ningún caso.